Luna

Existen varias teorías para explicar su formación, pero la más aceptada sugiere que su origen tuvo lugar hace unos 4.5 millones de años después de que un cuerpo de tamaño similar al de Marte chocó con la Tierra. De los escombros se formó la Luna y después de 100 millones de años el magma fundido se cristalizó y se formó la corteza lunar. La Luna se encuentra a una distancia de la Tierra de aproximadamente 384,400 kilómetros. Después del Sol, es el cuerpo más brillante visto desde la superficie terrestre, aunque su superficie es en realidad oscura. Se estima que el origen de su formación comenzó hace unos 4.500 millones de años a consecuencia del choque de una roca estelar o meteorito contra la Tierra, cuyos fragmentos fueron despedidos y atrapados a cierta distancia por la gravedad de nuestro planeta formando así una gran roca incandescente. Con el paso de miles de años esta roca incandescente se fue enfriando convirtiéndose en una gran esfera gris. Los primeros meteoritos y fragmentos de antiguas colisiones estelares de nuestro sistema solar en precipitarse contra La Luna acontecieron hace unos 4.300 millones de años en la región que comprendería su polo sur. Más tarde, hace unos 4.100 o 3.800 millones de años sucedieron una gran cantidad de impactos contra la superficie lunar originando una gran actividad volcánica que duró más de 2.000 millones de años. Casi a finales de este período nuestro satélite volvió a ser bombardeado por una gran cantidad de pequeños meteoritos que formaron los innumerables cráteres que hoy forman la cicatrizada superficie lunar.

La Luna es un astro opaco, sin luz propia, que gira en torno a la Tierra y la acompaña en su trayectoria alrededor del Sol. Por eso se dice que es su único satélite natural. Este satélite carece de agua y de atmósfera. Por su tamaño, 49 veces menor que la Tierra, ejerce una atracción mucho menor sobre los cuerpos de su superficie; es decir, existe menor gravedad. Un astronauta que pese en la Tierra 60 kilos, en la Luna solamente pesaría 10. La Luna es uno de los mayores satélites de todo el Sistema Solar, presenta un diámetro de 3.476 km, y una distancia media de la Tierra de 382.171 km. Hay testimonios de que la Luna y la Tierra estuvieron mas cerca en el pasado. Se apartan a razón de unos pocos centímetros por año; hace unos 17000 millones de años debieron de estar en contacto. Al igual que la Tierra, la Luna realiza dos movimientos: uno de rotación sobre sí misma, que dura 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11 segundos, y que coincide con el de traslación, alrededor de la Tierra, debido a esta sincronía de sus movimientos siempre presenta la misma cara ante nuestro planeta. A causa de este hecho, hasta épocas recientes no se había podido observar ni investigar su “cara oculta”. Hoy en día la conocemos por las fotografías hechas por los astronautas, la primera vez que se mostró al mundo la cara oculta de la Luna fue en octubre de 1959.
La luz con que vemos brillar a Luna es una parte de la que procede del Sol, refleja sobre su superficie. A medida que la Luna se mueve en torno a la Tierra, las áreas de ésta iluminadas por el Sol van cambiando, estos cambios de iluminación que presenta la Luna se conocen como fases. Existen cuatro fases lunares: luna nueva, donde la Luna se encuentra entre el Sol y la Tierra, la luz solar no la ilumina y no podemos verla; cuarto creciente, cuando las tres cuartas partes del disco lunar se iluminan; luna llena, cuando la Luna y el Sol se colocan en una aparente línea recta a ambos lados de la Tierra, todo el disco lunar aparece iluminado; y cuarto menguante, donde solamente la cuarta parte del disco lunar está iluminada.

Al igual que existen eclipses solares también los hay lunares, puede ser totales y parciales, y son más frecuentes que los del Sol. Por otra parte, la Tierra influye sobre la Luna por la fuerza con que la atrae, causando el fenómeno de las mareas.

Realiza una órbita completa alrededor de la Tierra en 27 días terrestres (27.322 días o 655.73 horas) y realiza el movimiento de rotación a la misma velocidad. Como se encuentra en rotación síncrona con la Tierra, la Luna presenta la misma cara a ésta. Gracias a la tecnología actual, se sabe que la “cara oculta” presenta cráteres, depresiones denominadas talasoides y ausencia de mares.La observación de la Luna es tan antigua como la humanidad. Su nombre está presente en numerosas civilizaciones y al mismo tiempo forma parte de la mitología de ellas. Ejerce una influencia vital en los ciclos terrestres: modera el movimiento del planeta sobre su eje por lo que permite que el clima sea relativamente estable. Además, es la causa de las mareas de la Tierra ya que éstas ocurren gracias a la fuerza de atracción de gravedad, que, mientras de un lado tira fuertemente del agua, por el otro la mueve lejos de ella, provocando mareas altas y mareas bajas. La Luna, al presentar una órbita elíptica alrededor de la Tierra, pasa por dos puntos destacados. El punto más cercano a la Tierra de dicha órbita se denomina perigeo. En ese punto la Luna presenta un tamaño ligeramente mayor que cuando está en el apogeo, el punto más lejano a la Tierra de su órbita. En la imagen superior se puede ver la diferencia aproximada de tamaño entre el perigeo y apogeo .

Prácticamente, después de esta última lluvia de meteoritos, la superficie de La Luna había permanecido casi inalterada desde hacía unos 1.000 millones de años hasta que en 1969, el recién desaparecido Neil Armstrong dejara su huella allí, permaneciendo intacta en el suelo lunar como recuerdo de una visita que supuso “un gran paso para la humanidad”. Todo un hito histórico fue su llegada a la Luna el 20 de julio de 1969. 12 astronautas estadounidenses de las misiones Apolo caminaron sobre la superficie lunar durante el período 1969-1972. Después de unos años de pausa, la exploración del satélite se reanudó en la década de 1990.

La Luna es el único satélite natural de la Tierra. Es el quinto satélite más grande del Sistema Solar, mientras que en cuanto al tamaño proporcional respecto de su planeta es el satélite más grande: un cuarto del diámetro de la Tierra y 1/81 de su masa. Después de Ío, es además el segundo satélite más denso. Se encuentra en relación síncrona con la Tierra, siempre mostrando la misma cara hacia el planeta. El hemisferio visible está marcado con oscuros mares lunares de origen volcánico entre las brillantes montañas antiguas y los destacados astroblemas. A pesar de ser en apariencia el objeto más brillante en el cielo después del Sol, su superficie es en realidad muy oscura, con una reflexión similar a la del carbón. Su prominencia en el cielo y su ciclo regular de fases han hecho de la Luna un objeto con importante influencia cultural desde la antigüedad tanto en el lenguaje, como en el calendario, el arte o la mitología. La influencia gravitatoria de la Luna produce las mareas y el aumento de la duración del día. La distancia orbital de la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que se vea en el cielo con el mismo tamaño que el Sol y permite que la Luna cubra exactamente al Sol en los eclipses solares totales.
    Características generales de la Luna
  1. Masa: 7.3477 x 1022 kg.
  2. Volumen: 2.197 x 1010 km3.
  3. Densidad: 3.344 g/cm3.
  4. Diámetro: 3,476 km.
  5. Temperatura mínima/máxima: -233/123 °C

Estructura de la Luna
La Luna tiene una superficie sólida rocosa cuya característica más llamativa es la presencia de multitud de cráteres y cuencas. Como su atmósfera es tan débil y casi inexistente, no provee ninguna protección contra el impacto de asteroides, meteoritos u otros cuerpos celestes, hecho que permite la colisión de éstos con la Luna. Los impactos también han generado una capa de montones de escombros que pueden ser rocas grandes, carbón o polvo fino, llamada regolito. Las zonas oscuras son cuencas que hace unos 1.2-4.2 millones de años se cubrieron de lava y las zonas claras conforman lo que se conoce como tierras altas. En conjunto, cuando la luna está en fase llena parece, según algunas culturas, formar un rostro humano o la figura de un conejo, aunque en realidad las zonas representan las diferentes composiciones y edades de las rocas. La Luna tiene una atmósfera insignificante debido a su baja gravedad, incapaz de retener moléculas de gas en su superficie. La totalidad de su composición aún se desconoce. El programa Apolo identificó átomos de helio y argón, y más tarde (en 1988), observaciones desde la Tierra añadieron iones de sodio y potasio. La mayor parte de los gases en su superficie provienen de su interior.La atmósfera lunar recibe también aportaciones de partículas solares durante el día, que cesa al llegar la noche. Durante la noche lunar, la presión puede bajar hasta no ser más que de dos billonésimas partes de la atmósfera terrestre, subiendo durante el día hasta las ocho billonésimas partes, demostrando así que la atmósfera lunar no es una atmósfera permanente, sino una concentración de partículas dependiente del medio exolunar.Cuando Galileo Galilei apuntó su telescopio hacia la Luna en 1610 pudo distinguir dos tipos de regiones superficiales distintas. A las regiones oscuras las denominó «mares», y aunque muy pronto se supo que no contienen agua, han conservado nombres tales como Mar de la Serenidad o Mar de la Fecundidad; son planicies con pocos cráteres. En la superficie lunar también existen cadenas de montañas que llevan nombres como Alpes y Apeninos, igual que en la Tierra.

La Luna tiene algunos volcanes que no están activos desde hace millones de años. Atmósfera de la Luna Su atmósfera, denominada exosfera, es muy tenue, débil y delgada. Debido a esto son frecuentes las colisiones de meteoritos, cometas y asteroides contra la superficie. Únicamente se registran vientos que pueden provocar tormentas de polvo. La Tierra ha lanzado más de 100 naves espaciales para investigar la Luna. Los astronautas del Apolo I, la nave que llevó al hombre a la luna en 1969, trajeron 382 kilogramos de suelo y roca lunar para su estudio en la Tierra. La Luna mantiene este nombre simple ya se desconocía la existencia de otros satélites en otros planetas. La Luna es el único cuerpo celeste que el hombre ha conseguido pisar. Su nombre es el producto de la voz latina Luna. Este origen clásico de la palabra latina luna era una contracción de lucina, que al igual que lux (luz) procedían de la raíz indoeuropea leuk-. Así, originalmente, la voz luna significaría "la luminosa, la que ilumina".
Eclipses solares. Se deben a una extraordinaria casualidad. El diámetro del Sol es 400 veces más grande que el de la Luna, pero también está 400 veces más lejos, de modo que ambos abarcan aproximadamente el mismo ángulo sólido para un observador situado en la Tierra.

La Luna en un eclipse lunar puede contener hasta tres veces su diámetro dentro del cono de sombra causado por la Tierra. Por el contrario en un eclipse solar la Luna apenas tapa al Sol (eclipse total) y en determinada parte de su órbita, cuando está más distante, no llega a ocultarlo del todo, dejando una franja anular (eclipse anular). La complejidad del movimiento lunar dificulta el cálculo de los eclipses y se debe tener presente la periodicidad con que estos se producen (Periodo Saros). Alrededor de 1830, los principales selenógrafos (como el astrónomo alemán Johann Heinrich von Mädler) habían llegado a la conclusión de que el satélite no contiene ni atmósfera ni agua, y de que el relieve de la Luna no cambia. Sin embargo, siendo esto cierto en líneas generales a corto plazo (por la ausencia actual de fenómenos de vulcanismo, hidrológicos o atmosféricos en condiciones de modelar la superficie lunar), la falta de atmósfera no mitiga los impactos meteoríticos, lo que por simple acumulación en espacios de tiempo a escala geológica, implica un efecto considerable sobre su relieve (prueba de ello son los numerosísimos cráteres de impacto que cubren su superficie). De hecho, hay algunas evidencias históricas acerca de impactos meteoríticos sobre la luna: El 18 de junio de 1178, el monje británico Gervasio de Canterbury observó el impacto de un asteroide en la luna creciente, hecho que figura reflejado en las crónicas de la catedral de Canterbury. En 1866, el astrónomo irlandés John Birmingham escribió un ensayo sobre la desaparición de un cráter en la superficie de la luna y la subsiguiente aparición de una vasta nube luminosa en su lugar. El 17 de marzo de 2013, un meteoroide del tamaño de una roca pequeña impactó sobre la superficie lunar en el Mare Imbrium y provocó una explosión diez veces más brillante que las observadas hasta ese momento.? El 11 de septiembre de 2013, un meteoroide con un diámetro comprendido entre los 0,6 y los 1,4 metros y un peso de 400 kg colisionó en el Mare Nubium (Mar de las Nubes) a unos 65 000 km/h, provocando la explosión lunar más brillante registrada hasta ahora.

En realidad, la Luna no gira en torno a la Tierra, sino que la Tierra y la Luna giran en torno al centro de masas de ambos. Sin embargo, al ser la Tierra un cuerpo grande, la gravedad que sobre ella ejerce la Luna es distinta en cada punto. En el punto más próximo es mucho mayor que en el centro de masas de la Tierra, y mayor en este que en el punto más alejado de la Luna. Así, mientras la Tierra gira en torno al centro de gravedad del sistema Tierra-Luna, aparece a la vez una fuerza que intenta deformarla, dándole el aspecto de un huevo. Este fenómeno se llama gradiente gravitatorio, el cual produce las mareas. Al ser la Tierra sólida la deformación afecta más a las aguas y a la atmósfera y es lo que da el efecto de que suban y bajen dos veces al día (sube en los puntos más cercano y más alejado de la Luna). La gravedad del Sol y, sobre todo, de la Luna, atrae el agua de los océanos y provoca las mareas. La Luna atrae el agua que está más próxima a ella. Así, la parte del océano que está de cara a la Luna se abomba hacia ella. Al mismo tiempo, en el lado opuesto de la Tierra el agua se abomba en sentido contrario. ¿Por qué? Por la inercia. La Luna atrae a toda la Tierra, no sólo al agua. Lo que pasa es que la tierra es rígida y no se abomba. La inercia se resiste a la gravedad y tira en sentido contrario. Por eso el océano del otro lado de la Tierra también se abomba, aunque menos. El Sol también atrae el agua de los mares y océanos de la Tierra, pero en menor medida que la Luna. Aunque su gravedad es mayor, al estar más lejos, influye menos. El Sol produce mareas más débiles.

Fuentes:
  • https://www.muyinteresante.es/ciencia/fotos/curiosidades-sobre-la-luna
  • http://www.geoenciclopedia.com/luna/
  • http://conceptodefinicion.de/luna/
  • https://xombit.com/2012/09/creacion-evoluciono-luna
  • https://es.wikipedia.org/wiki/Luna
  • http://www.astromia.com/solar/lunamareas.htm
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